Hernán Tuane Escaff: la psicología al servicio de la tiranía


    El respeto incondicional a la dignidad de las personas, en base a los principios de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, ha operado desde mediados del siglo pasado como referencia fundamental para el ejercicio de diversas disciplinas, entre las cuales se encuentra la psicología. Sin embargo, en Chile, durante los años de la dictadura de Augusto Pinochet, este valor fue ignorado por numerosos profesionales que pusieron sus conocimientos al servicio del fascismo. Entre ellos destacó el psicólogo Hernán Tuane Escaff, quien ejerció como docente en la Universidad de Chile y la Pontificia Universidad Católica, además de presidir el Departamento Criminológico de la Policía de Investigaciones, quien, establecido el régimen, prestó servicios en diferentes reparticiones del aparato público, llegando incluso a colaborar como “asesor psicosocial del Ministro del Interior y asesor de redacción en los principios de la Junta de Gobierno” (Baltazar, G. La intervención de los psicólogos durante las dictaduras militares en américa latina: complicidad y oposición, 2019). 

    Conocido mediáticamente por su rol como interrogador en el caso Anfruns y por las acusaciones de “haber presenciado y participado en interrogatorios a prisioneros durante la dictadura” mediante la aplicación de barbitúricos, su tarea principal la desarrolló en el ámbito de la propaganda, pues, si bien el gobierno de la Unidad Popular había sido derrocado mediante las armas, el nuevo régimen temía la emergencia de un movimiento social que levantara la voz bajo el ideario de la pasada democracia. Es así como Tuane Escaff, a través de la Dirección de Relaciones Humanas, dependiente de la Secretaría General de Gobierno, sintetiza su propósito en el documento titulado Preparación psicológica de la población para contrarrestar la acción marxista, de 1973, donde explicita la “necesidad de realizar una campaña psicológico-masiva tendiente a destruir al marxismo como ideología”. “Las organizaciones marxistas solo han sido desorganizadas, pero pasado el temor paralizante, reaparecerán”, indica el psicólogo, por lo tanto, había que tratar psicológicamente a las masas para lograr que establecieran una asociación entre el ideario de izquierda y conceptos como la mentira, la traición y la corrupción. 

    A partir de esta iniciativa se volvieron muy recurrentes titulares tendenciosos en periódicos de circulación nacional que vinculaban a la Unidad Popular con el tráfico de drogas o que “los marxistas iban a reemplazar la actual bandera” por sus símbolos propios. Se trataba de una estrategia basada en “un lenguaje que llegue fácil a la masa […] usando imágenes simples y consignas repetidas” que asentaran la idea del fracaso del gobierno de Allende y que produjeran, por consecuencia, la ficción de que el golpe militar había surgido por la necesidad de una solución. Tal campaña no solo contó con un amplio financiamiento desde las arcas públicas, sino que también por parte de las empresas privadas que se habían aliado con las fuerzas armadas, lo cual permitió su propagación de manera sostenida a través de los años.

    Pese a la acreditación de su participación en la dictadura mediante documentos y la presentación de denuncias por parte de sus declaradas víctimas, Hernán Tuane Escaff muere impune el 3 de marzo de 2022. Únicamente el Colegio de Psicólogos de Chile buscó expulsar al psicólogo del gremio por ser “partícipe en graves violaciones a los Derechos Humanos, sucedidas principalmente durante el periodo de la dictadura cívico-militar en Chile” (colegiopsicologos.cl, 10 de septiembre de 2020), en un escenario donde otras instituciones ligadas al caso prefirieron guardar silencio. 


En la imagen: Homenaje de la 6° Compañía de Bomberos de Santiago a su miembro honorario Hernán Tuane Escaff, con ocasión de su fallecimiento.


Publicado originalmente en Academia Libre, el 1 de junio de 2023 

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