Unidireccionalidad como obturación de la mirada hacia el otro

    La relación desigual entre el discurso dominante de un campo específico y aquello que queda por fuera de él, resulta muy bien expuesta en el tratamiento que Sigmund Freud hace respecto de lo exótico, donde, desde su posición situada como intelectual vienés, enfrenta lo otro cultural señalando en su obra Psicopatología de la vida cotidiana que “es habitual en nosotros arrojar en un mismo saco todo lo extra-europeo”. Operación que si bien, en palabras de Plotkin y Ruperthuz (Freud y los latinoamericanos, 2017), “muestra en verdad los límites culturales del propio Freud”, permite también pensar el problema de las asimetrías en cuanto a la capacidad de agencia de los diferentes discursos que participan en los intercambios culturales. Una vez asimilada la insuficiencia de la noción cartesiana del sujeto: como fundamento universal de lo propiamente humano, se posibilitan las bases para la aparición de lo múltiple, sin embargo, esto no trae consigo necesariamente un acto de validación o reconocimiento de lo otro en su mismidad y, por extensión, no se traduce en un sistema de intercambio cultural bidireccional simétrico entre las partes en juego.

    Las consecuencias de esta dinámica no son pocas ni exclusivas para alguna de las partes. Intuitivamente podría pensarse que el discurso disidente es el evidente receptor de los agravios de esta práctica –esto es cierto en gran medida–, no obstante, la unidireccionalidad de la aproximación a lo otro por la parte dominante, produce en ella algo que podría definirse como una obturación de la mirada, sentenciando toda pretensión de universalidad de sus preceptos, cuestión que lúcidamente observó el psicoanalista indio Girîndrashekhar Bose (citado en Plotkin y Ruperthuz, 2017), al poner en duda la universalidad de la formulación freudiana del complejo de Edipo con respecto a la cultura india.

    Sin desconocer el hecho de que la operación antes descrita involucra considerables problemas éticos relacionados con la legitimidad del otro, resulta importante poner en relieve el que la unidireccionalidad de la mirada por parte de quienes representan el discurso dominante, al imponer arbitrariamente sobre lo observado las intuiciones propias de su campo epistemológico, no solo resta validez al discurso mismo, sino que también refuerza el sesgo ideológico desde donde emerge, el cual debiese permitir cierto nivel de erosión a partir de la experiencia de la relación con el otro en un diálogo bidireccional, de intercambio recíproco, como condición de posibilidad para la producción de nuevo conocimiento. En efecto, se trata de lo que señala Slavoj Žižek en su obra Sublime objeto de la ideología (2003), refiriendo que “una ideología se apodera de nosotros realmente solo cuando no sentimos ninguna oposición entre ella y la realidad”. Frente a esto resulta pertinente la observación de Josep Fontana en Europa frente al espejo (2000), quien, en el contexto de la hegemonía de la visión eurocéntrica y unidireccional de la historia universal, llama a reemplazarla por una historia pluridimensional, en la que entre en juego la diversidad de trayectorias que componen el todo cultural.

    La formulación presentada toma cuerpo en el campo de la salud mental, donde la dimensión científico-positivista encarna el discurso hegemónico, mientras que la subjetividad irreductible y situada ocupa el lugar de la disidencia, aun cuando se hayan hecho algunos esfuerzos por incorporar la especificidad cultural dentro de los manuales categoriales. A modo de ejemplo, el manual de psicodiagnóstico DSM-V incorpora una Entrevista de Formulación Cultural, donde si bien se recogen aspectos propios de los sujetos en su condición situada sobre su experiencia de malestar, esto se realiza solo en virtud de despejar los criterios diagnósticos generales propios del manual, el cual seguiría operando como marco de referencia para definir la experiencia de salud/enfermedad del otro, manteniendo la unidireccionalidad con la consecuente obturación, en este caso, de la mirada del discurso de salud mental.

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